«Lo que más me molestó no es que me hayas mentido sino que, de aquí en adelante, no podré creer en tí»

Friedrich Nietzsche

Conductas para aumentar la confianza basadas en el carácter

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Es invierno, hoy es el primer día. La Navidad está próxima, los anuncios de perfumes y turrón llenan nuestros televisores, junto con el de la lotería de Navidad, el que a mi, personalmente, hace que se me caigan las lágrimas la mayoría de las veces que lo veo, las lucecitas y la gente con pelucas en la calle mayor.

En esta época del año se escucha por cada esquina la expresión: hombre…, que es Navidad, hagamos esto, que es Navidad, ayuda al otro, que es Navidad…, sé generoso, que es Navidad…; pero ¿y en primavera?, ¿por qué no hemos de ser generosos en primavera?…, y qué pasa en Otoño…, ¿puedo en Otoño ser deshonesto? Total, no es Navidad.

He comenzado esta entrada con una cita de un gran filósofo, pueden compartir su pensamiento o no, pero tiene un reconocimiento mundial por su trabajo por lo que su categoría profesional es indiscutible. Esta cita aparece en el libro El Factor Confianza, que yo empecé mencionando en mi primer artículo en este blog el 15 de febrero del presente año, ”Tras los pasos de Stephen Covey”, desde entonces he asistido casi semanalmente a esta cita que he disfrutado mucho. Por este motivo lo he elegido para  cerrar el año. No, no faltaré a mi cita la próxima semana y también hablaré de “las cosas de Stephen…”

En el libro mencionado el Sr. R. Covey habla de las trece conductas que él considera necesarias para generar y aumentar las famosas “Cuentas de confianza” sobre las que basa su teoría y desarrollo empresarial y personal. Las divide en tres grupos:

  • El primer grupo son conductas basadas en el carácter: hablar claro, demostrar respeto, crear transparencia, corregir errores y mostrar lealtad.
  • El segundo grupo incluye habilidades de competencia: mostrar resultados, mejorar, afrontar la realidad, clarificar las expectativas y practicar la responsabilidad
  • El tercer grupo es un combinado de ambas: escuchar primero, mantener los compromisos y ampliar la confianza.

Hoy me paro en el primer grupo de conductas y miro hacia atrás basándome en mi propia experiencia, en mis actos y en los actos de aquellos que están o estaban a mi alrededor y observo cómo nos dirigimos al cajero de Repsol que nos cobra el combustible una tarde después de un día espantoso, cómo hablamos con las personas de nuestro equipo, qué información les hacemos llegar y la coherencia entre hecho y palabra de los directores de las empresas que conozco.

Después practico algunas de las cosas que dicen las personas que aparecen en el libro del Sr. Covey, gente importante, líderes, personas ilustradas en el noble arte de hacer crecer una empresa y practico y practico y veo la cara de las personas con las que hablo cuando después de haber abonado la compra o la gasolina les digo: Muchas gracias, que tenga un buen día…, indefectiblemente levantan la mirada y te sonríen y te dan las gracias seguido de un efusivo igualmente…, porque la mayoría de las veces ni siquiera miramos al que tenemos enfrente.

Hablar claro es vital para crear confianza, pero hablar claro no significa que no modules la forma en la que te expresas para evitar hacer daño al prójimo. En ese caso, tu hablar claro se transforma en una debilidad en vez de en una virtud. Todos tenemos intuición y mano izquierda para decir las cosas que necesitamos decir. No hace falta ser Atila o María Clarilla, no hay que herir y se nos olvida en pos de la veracidad….

Mostrar respeto es fundamental. Como se suele decir: sabes cómo es una persona por cómo trata a los demás cuando ya no los necesita. Y es así, muy triste, pero muy cierto. Conocí a un tipo que alababa el trabajo de la gente de su equipo que le caía bien, a los otros no les respondía ni los correos y luego fue un paso más allá, cuando alguien pedía un cambio de puesto, automáticamente dejaba de dirigirle la palabra para pasar después a destruir su reputación, aunque dos meses antes le hubiese pagado un bonus por su buen hacer.

El respeto es algo común y básico que está en todas las sociedades y que aparece en todas las religiones, el tratar a los demás como te gustaría que te tratasen a ti. Esta es la base sobre la que se apoyan grandes empresas y grandes líderes para desarrollar su negocio, como la compañía The Virgin Group.

La transparencia…., ”negociar con transparencia, como dice el Sr. Covey, no significa enseñar todas tus cartas, significa que eres transparente con la información apropiada y con lo que quieres conseguir”…, la falta de información, la manipulación de la misma, el ocultismo intencionado, todo eso solo retrasa y hace que las personas no den lo mejor de si mismas en sus trabajos, ¿para qué? ¿Cómo se van a fiar de los que callan que van a subir sus sueldo después de cerrar un acuerdo con los sindicatos en los que se bajan los de los trabajadores?…

Tener errores es lo más habitual, pero ¿y decir que los hemos cometido o corregirlos?, eso no, no lo hacemos porque admitir que nos hemos equivocado está considerado, en la más de las situaciones, una debilidad impropia del que dirige, cuando es una fortaleza, no hay cosa que más enseñe que un error, no hay cosa que más divierta que un acierto, el acierto alimenta el ego, el error el alma y al final del día es mucho más importante una que el otro. Admite que te has equivocado, que no lo sabes, discúlpate si es necesario, pero hazlo, haz ese acto de humildad y humanidad y camina.

Y por último y no por ello menos importante, nos paramos en la lealtad…, reconocer los méritos a los demás es lealtad. Representarles y hablar bien de su trabajo cuando no están delante o cuando lo están y reconocerles sus contribuciones es lealtad, no hablar mal de la gente es lealtad…,y cuantas veces se nos olvida.

El Sr. Covey nos da un repasito que yo os transmito porque me parece lo correcto, porque es Navidad y estamos ya escribiendo la lista de propósitos de año nuevo, yo me incluyo, pese a que a mi me gusta más el día de mi cumpleaños. Os la transmito porque me parece importante desde el punto de vista de la gestión de equipos. Si trabajamos nuestras competencias personales podremos mejorar y colaborar en el desarrollo de las competencias de aquellos que pasan tanto tiempo con nosotros y seremos capaces de crear la forma de trabajo que nos guste.

Termino esta entrada aquí, más larga de lo habitual, pero no quería hacer un pachtwork de estas conductas, si el estudioso de las mismas las considera unidas en un bloque, no será este aprendiz de brujo el que las diseccione. Espero que os haya gustado.

Buena semana a todos y ¡Feliz Navidad!

 

María Gil CastañoMaría A. Gil es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.

 

 

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