Domingo…, ha sido un día muy agradecido de primavera. Lo he pasado con unos amigos, hemos comido, nos hemos tomado un café y luego hemos ido a una terraza de esas que pintaba Antonio López y hemos disfrutado de un rato de buena charla y unas buenas vistas.
© Romolo Tavani – Fotolia.com
Me gusta estar con ellos, son de conversación ágil y agradable y además me divierte verles hablar y discutir acerca de quién dijo qué y las diferentes interpretaciones que cada uno hace de los mensajes del otro, cómo se perciben, desdicen y las reacciones y acciones que derivan de lo mismo. Cualquiera que les vea desde fuera sin saber nada de ellos pensará: estos dos no se aguantan. Yo sé que se adoran pero también sé que necesitan mejorar esa parte de su relación. Hoy además había materia, hay elecciones, así que mi sonrisa y yo nos hemos sentado en la parte de atrás del coche camino al restaurante y luego les hemos acompañado a lo largo de todo el día. Ellos me han dado la idea de esta entrada.
Nos pasamos el día comunicándonos, a veces a través de una canción, otras de un gesto, otras de viva voz y otras de un silencio que es una de las formas de comunicación más violentas y claras que se me ocurren. Hay empresas que se toman en serio esto de la satisfacción de sus trabajadores y todos los años realizan una encuesta anónima en todas sus oficinas. Algunas preguntas son maniqueas, como pasa siempre con estas cosas y están formuladas de manera que el trabajador solo puede responder: sí soy un ser feliz. Una empresa realizó una serie de cambios estructurales y sus trabajadores no estaban de acuerdo. El primer año se quejaron utilizando este medio. El siguiente las encuestas eran más cerradas. Volvieron a quejarse y la respuesta de la casa matriz fue la misma, con una encuesta más cerrada al año siguiente. La respuesta de todos los trabajadores de uno de los países excepto de los directores fue no responder a la encuesta, total, no puedes amonestar a toda una empresa. El director general les preguntó: ¿por qué lo habéis hecho? ¿qué tipo de respuesta es esa?, un trabajador respondió: pues una muy clara, ellos nos ignoran, nosotros también. No nos dejan expresarnos. El silencio, es una respuesta clara, no la que quieren oír, pero clara. Al año siguiente recuperaron parte de lo que habían perdido y las encuestas volvieron a ser más abiertas. Ellos volvieron a responder. Esto es verídico.
La comunicación per sé, es un acto de compartir: información y conocimiento pero compartir. Las relaciones se establecen a través de las palabras y de los hechos. Me decía el otro día un colega linkediano con el que voy creando una relación: “para mí una relación es una unión de confianza entre dos personas” Si nos acordamos de las palabras de Stephen R. Covey, hay que ser coherente con lo que se hace en función de lo que se dice y es como él empieza a crear sus famosas “cuentas de confianza”. Podríamos decir que:
COMUNICACIÓN = PALABRAS + INTENCIÓN + EMOCIÓN
Hay multitud de definiciones de comunicación igual que de explicaciones de la misma, podéis focalizar o seleccionar la que queráis, la verbal, la no verbal, la escrita, etc., hacer un mix de las mismas, da igual, la realidad es que la comunicación es un vehículo transmisor de un mensaje, empresarial o personal, y por eso el vehículo debe ser el correcto en forma y modo.
Pero ¿se puede aprender a ser un buen comunicador?. La respuesta sin lugar a dudas es sí. ¿No aprendiste a leer? ¿y a escribir? ¿incluso a usar las matemáticas…?; pero como todo aprendizaje requiere un esfuerzo y cuanto más bueno quieras ser más te tienes que esforzar, más tienes que insistir. Como en todo en la vida hay personas más dotadas para esta praxis, pero no importa, los demás también podemos. ¿Cómo?
Pues para empezar siendo conscientes de los componentes básicos de la comunicación y que son los que siempre nos han contado en los seminarios: emisor, canal, mensaje y receptor. Pero además y esto es importante, siendo muy consciente de los filtros que hay en todas las comunicaciones. La mayor parte de nuestro tiempo nos comunicamos verbalmente, pero perdemos de media según estudios, más del 50% del mensaje debido a estos filtros. Estos filtros están presentes en los cuatro elementos fundamentales de la comunicación: el cansancio, la actitud negativa hacia el contenido del mensaje, la actitud negativa hacia el receptor, el no preparar lo que vamos a decir, el poco interés, los propios intereses personales en no querer comunicar o en comunicar a medias, la ambigüedad del propio mensaje, etc etc etc son barreras que impiden que esta comunicación sea efectiva y correcta.
Para preparar una buena comunicación es importante que podamos responder, como mínimo, a las siguientes preguntas:
1.- ¿Qué quiero comunicar?, el mensaje chico, el mensaje….
2.- ¿A quién comunicar?, hay que adaptar el mensaje al público, ¿a que no le explicas igual a tu hijo de 7 años el origen de los dinosaurios que a un grupo de estudiantes paleontología?.
3.- ¿Cómo lo voy a comunicar?, voy a hablar tipo monólogo, conferencia TED, voy a usar vídeos, transparencias, música, somos más. Y el tono ¿dónde enfatizar? ¿cómo mantengo a la audiencia atenta?.
4.- ¿Dónde? – el lugar es importante. Si tú estás con un amigo en el fútbol y le dices que te has comprado un piso es probable que tu amigo no te haga ni caso pero si se lo dices charlando tranquilamente seguro que tendrás su atención y te preguntará acerca de los metros que tiene, si tiene garaje y las cosas que sabe que para ti son importantes.
5.- ¿Cuándo? – y esto es importante. Abrir una ponencia pues no es lo mismo que cerrarla, hablar a las diez o a las seis de la tarde…, recuerdo unos cursos que di para un grupo de técnicos en un astillero. Los pobres asistían después de su jornada laboral, larga, de veras, y estaban cansados, a algunos se les cerraban los ojos…, para mí también era cansado. La tercera vez que me contrataron para esto cambiamos el enfoque totalmente, el horario, las actividades, el lugar de impartición y fue mucho más provechoso para todos y mucho más divertido, con prácticas, visitas a buques y el curso en lugar de un castigo pasó a ser una cosa interesante.
Hoy entre risas y viendo a mis amigos, pensaba en todo esto y en lo importante que es ser consciente de las barreras que tenemos, de las veces que pensamos saber lo que dirá el otro y no escuchamos, factor clave de todo buen comunicador, se aprende mucho escuchando. Entre risas les dije que les iba a regalar unas clases y luego me propuse comunicaros esto hoy. Espero que mi mensaje haya sido claro. Quedo a vuestra disposición en mi cuenta de Twitter para cualquier aclaración.
Buena semana a todos, llena de una excelente comunicación.
María A. Gil es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.
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