El pasado 13 de Febrero, acudí a un taller de lego Serious Play. Para aquellos que no lo sepan, de modo casi telegráfico y simplificando muchísimo, LSP es una “nueva” metodología desarrollada por Lego, para mejorar la implantación, desarrollo y gestión, de los equipos de trabajo.
© carballo – Fotolia.com
Como en todos los talleres a los que he asistido, nos dividieron en grupos. Tuvimos que construir primero, un “modelo individual” de lo que considerábamos el compañero perfecto y luego un “modelo compartido” de dicho compañero. Evidentemente, características como “colaboración”, “disponibilidad” o “respeto”, fueron apareciendo encima de la mesa, como los ases en un póker. De todas estas características hubo una que llamó especialmente mi atención: la “transparencia”,¡ el Oros!.
Llevaba ya tiempo dándole vueltas a esta idea. Por qué en el siglo en el que la gente publica su vida a golpe de clic y el acceso a la información es tan sencillo, ¿resulta tan difícil encontrar alguien de fiar en las organizaciones? ¿Por qué esos son los que no suben?
Stephen R. Covey escribió “Los 7 Habitos de La Gente Altamente Efectiva”, con el tiempo, su hijo, siguió sus pasos y escribió un libro que me pareció muy interesante: “El factor Confianza. El valor que lo cambia todo”.
Cuando era pequeñita, recuerdo que una tarde me había peleado con mis amiguitas, pero no había dejado el grupo, simplemente me había sentado un poquito más lejos. Pasado un rato, entre ellas surgió otra disputa y la afectada en ese momento, le dijo a su interlocutora y dueña del cotarro: “¿sabes qué? Que yo me voy con María, porque ella tiene genio, pero con ella siempre sabes dónde estás, no miente”. No recuerdo, la verdad, si otras le siguieron. Pero recuerdo con exactitud esas palabras. Se quedaron impresas en un pliegue muy profundo de mi cerebro, para siempre.
Stephen Covey hijo, retoma esos valores que aprendimos de pequeños y los plasma, vivamente, en un libro de lectura amena, sembrándolos de ejemplos y de comentarios de hombres importantes, presidentes, consejeros….de grandes organizaciones y nos dice algo simple: para que una organización se mueva, rápida, ágilmente, los miembros de la misma deben confiar los unos en los otros.
Esta confianza no hace solo referencia al hecho incuestionable de que no hay que mentir, pocas cosas hay que destruyan tan rápido la reputación de una persona o la confianza en una persona, como el que se le “pille” mintiendo. La Confianza, según Covey, se construye en 360º.
- Primero, intrínsecamente, desde la Credibilidad, la nuestra. Sustentada, para él, en cuatro pilares tan sólidos, como lo son los cuatro elefantes que sostienen el Mundodisco: integridad, intencionalidad, capacidades y trayectoria.
- A un segundo nivel, desde la confianza en la relación. Ahí, es donde me tropecé con la característica que tanto preocupaba a mi compañero de juegos: la transparencia. Hay que hablar claro. Demostrar respeto, corregir errores, afrontar la realidad, etc.
- En el tercer nivel nos encontramos con la confianza de los colaboradores, la reputación que te has labrado a lo largo del tiempo, junto con la contribución realizada, son tu carta de presentación, para llegar, finalmente, al culmen, para escalar el Everest, mover masas: Inspirar Confianza.
En el último curso que hice de dirección de equipos, hará unos siete meses, nos plantearon las siguientes preguntas: si tenéis malas noticias ¿se las contáis al equipo o no?. La respuesta mayoritaria de los participantes fue: no, salimos del paso. Solo dos pobres almas se manifestaron en contra de semejante opinión. Los adultos conforman las organizaciones y como tal tienen derecho a saber el entorno, tienen que saber vivir con la realidad. Los niños van al parque a jugar a la pelota. La otra cuestión que llamó mi atención fue: si en algún asunto, difieres de la opinión de tu jefe o de la organización, y eres afín, a la de tu equipo, ¿al lado de quién te posicionas, sigues los dictados de la compañía aunque no estés de acuerdo y se los intentas vender a tu equipo o manifiestas tu opinión?. Otra vez las dos voces disidentes. ¿por qué?, les preguntaron: porque conservas al equipo y te manifiestas como alguien con opinión propia.
¿Qué está pasando?. ¿Por qué se evita tanto el enfrentar los hechos, el manifestar la opinión propia?. ¿Por qué se aliena?. ¿Por qué nuestra palabra vale lo que tardamos en llegar a la máquina del café?. ¿Por qué se va a clases de teatro para aprender a comportarte en una empresa?. ¿Qué se está potenciando?. ¿De verdad pensamos que así avanzan mejor las empresas?.
Cuando las personas confían en el que está al lado, todo, y doy fe de ello, tal y como dice S. Covey, se mueven muy, pero que muy deprisa, porque están concentradas en trabajar, en crear, en aportar, el ambiente es distendido, relajado, las ideas fluyen y los proyectos crecen. El tiempo que pierdes en buscar información, en cubrirte las espaldas, se invierte en tiempo para la organización, porque el miedo desaparece y se transforma en trabajo creativo. La Confianza, es verdad, es el valor que lo cambia todo.
¿En qué tipo de organización quieres trabajar?. Y lo que es más importante: ¿Cómo quieres ser tú?.
María A. Gil es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.
Buenas tardes María,
Me ha encantado la entrada, me parece perfecto todo lo que comentas, pero al mismo tiempo lo veo muy complicado. A la gente por naturaleza o por lo menos a la inmensa mayoría, no le gusta escuchar malas noticias, quieren escuchar que todo va bien aunque por su propio peso, sepan que no es así. Mucho menos que les digas las cosas tal cual son, si lo haces eres un borde ;-). Aunque al final la gente termina por admirarte en cierta forma, porque te desmarcas del gran rebaño que se queda callado acatando si les parece bien o no lo que los de arriba o los de al lado mandan o dicen. Claro, luego por detrás los ponen a parir y con esto no me refiero solo al jefe, si no al amig@ o al que sea.
Al final dependerá de la naturaleza de cada uno, es muy difícil ser uno más, si de nacimiento eres diferente 😉 Muchas gracias María por este pedazo de artículo!
Saludos!! 🙂
Buenos días Rafael,
Lo primero, gracias por compartir tu opinión.
Lo segundo, entiendo perfectamente lo que dices. En un entorno económico como el que estamos viviendo, prima la «supervivencia» vía adaptación, más que mantener las propias convicciones. Respetable.
Para mi, y esta es mi opinión y basándome en ella he intentado siempre conducir los equipos, hay dos cosas importantes, la primera: no todo vale para ganar. Y la segunda: el entorno socio económico que estamos construyendo, ¿será lo suficientemente sólido en el futuro?
Que tengas una buena semana.
Recibe un saludo
Buenas tardes María,
Muchas gracias por responderme también por aquí al comentario. Estoy de acuerdo con lo que dices, cada uno es dueño de si mismo o por lo menos así debería de ser y por consiguiente responsable de sus actos. No soy quién para decirle a nadie lo que tiene que hacer, pero si me preguntan y yo tengo la capacidad para responder, lo haré sin lugar a dudas.
Sería un buen título para un libro, «no todo vale para ganar», supongo que ya habrá alguno por ahí, pero creo que el porcentaje de la sociedad que piensa así es muy pequeño 😉 Y no se como será el futuro en nuestra sociedad en lo referente a la economía, porque no entiendo mucho de ello, pero en lo que respecta a la sociedad, por ahora, prima el que te ríe la gracia frente al que te saca los colores diciéndote lo que verdaderamente piensa.
Muchas gracias de nuevo y feliz tarde 🙂
Hola María, me he quedado con ganas de saber más de la metodología de Lego tengo curiosidad…
Y respecto a la transparencia y la confianza son dos valores que desgraciadamente tienen menos peso con el paso de los años. Hay personas en las que puedes confiar y ante las que te puedes mostrar transparente y otras que no.
A mi me gusta contarle a los clientes las cosas como son, me dedico a estas cosas de la Interné, pero lo cierto es que hay personas que no son capaces de aceptar ciertas realidades. De frente no le puedes decir a alguien por favor quite la foto de su perro y sus niños de la cabecera de la web, no pinta nada y no ayuda en nada a su imagen, además de que es horrible. Entonces le dices explicas la conveniencia de transmitir una imagen sólida, un mensaje creíble, reducir lo innecesario, lo que no aporta nada a ese mensaje, te dice que genial, le muestras una propuesta y pregunta… ¿y mis niños y el perro?
Reemplácese el perro y los niños por lo que se quiera, llévese al terreno de la web, del desarrollo, las relaciones o de lo que sea y hasta en las personas más abiertas, más orientadas a repartir el juego, a delegar, nos encontraremos con prejuicios y todo tipo de ideas preconcebidas que no son fáciles desmontar. Somos así, los seres humanos, y los que menos lo son, son también a los que mejor les va, en lo profesional y en lo personal.
Te invito a darle un vistazo a happymente.com, un proyecto por el que siento un especial cariño, tratamos bastante estos temas desde diversos ángulos.
Saludos
Jose
Buenas noches/días Jose,
Gracias por leer mi entrada y gracias por comentarla.
Te paso un enlace en el que hablan de Lego http://www.seriousplay.com. a mi me parece muy interesante, la verdad.
Sí cuesta, tienes razón. Una de las bases sobre las que trabaja Covey o, mejor dicho, sobre la que nos sugiere que empecemos a trabajar para construir el valor confianza, es la honestidad que tenemos hacia nosstros mismos, siendo conscientes de nuestros intereses, los reales, los que nos mueven a hacer las cosas, aceptando y adquiriendo un compromiso hacia nosotros y luego hacia fuera.
Como buen profesional, sugieres a tu cliente lo mejor para él. Trabajas desde tu honestidad, créeme, eso termina generando confianza. Tu cliente aún así quiere su foto, porque para él es importante. Vale. Tú has sido honesto desde la raíz.
La confianza hay que trabajársela día a día, sobre todo en un entorno laboral, en el que nos reservamos parte de nosotros, por eso lleva tiempo. Si tu negocio no permite establecer muchas relaciones a largo plazo, es complicado, te queda lo que haces, ¿qué te mueve?, nos pregunta Covey.
Un saludo,
María
Gracias por el link María. Le daré un vistazo.
Covey es un artista en condensar en ideas razonablemente simples situaciones complejas.
Gracias a Dios tengo una empresa con muchos años y mantengo una buena relación con los clientes. El ejemplo que planteaba es una caricatura de la realidad, simplemente trataba de manifestar lo complejo de las relaciones y de encajar puntos de vista tan diferentes.
Saludos
Jose
buenos días Jose,
Hombre, Covey es un poquito más complejo, la verdad, yo te he comentado uno de los puntos que él enuncia, primero porque podríamos hablar horas, y no es posible en este foro y segundo, porque mi percepción es que, muchas decisiones se toman vestidas de necesidad de crecimiento, cuando lo que de verdad mueve a quien las toma, son sus propios intereses personales y les importa, poco o nada, las consecuencias que sus decisiones tengan para la empresa, si ellos han conseguido lo que querían, y se acaban creyendo sus argumentos y obviando esa pregunta porque la respuesta es fea.
Me alegro muchísimo de que tengas una cartera de clientes que permanezcan a tu lado durante muchos años. El ejemplo que tú has puesto, nosotros también lo hemos vivido, además con el desarrollo de páginas web, no yo, mi pareja. Es tan real como la vida misma.
Efectivamente, el trato con los clientes es muy complicado, por eso hoy día se invierte tanto en marketing relacional, fidelización de clientes, existen los coach, en sus diferentes variantes, es más, hasta hay un programa simple en una cadena, que trata de alguno de estos temas.
Que tengas un buen fin de semana.
Un saludo,
María
Hola María
Me ha parecido muy interesante el artículo,
me quedo con esta cita tuya «Cuando las personas confían en el que está al lado, todo, y doy fe de ello, tal y como dice S. Covey, se mueven muy, pero que muy deprisa, porque están concentradas en trabajar, en crear, en aportar, el ambiente es distendido, relajado, las ideas fluyen y los proyectos crecen. El tiempo que pierdes en buscar información, en cubrirte las espaldas, se invierte en tiempo para la organización, porque el miedo desaparece y se transforma en trabajo creativo. La Confianza, es verdad, es el valor que lo cambia todo.»
Resume perfectamente uno de los principios basicos para cualquier tipo de relación profesional y en la vida privada de cada uno de nosotros.
Un saludo
Buenos días David,
Muchas gracias por leer la entrada y sobre todo por comentarla.
Si te interesa el tema, te recomiendo el libro, de veras, es interesante.
Un saludo,
María Gil