Hola a todos, tras una semana de asueto retomamos esta entrada.

I am what I am y me ha costado mucho conseguirlo

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¿Alguien ha mirado a un grupo de adolescentes en el metro y ha visto que son clónicas/os? Es algo que siempre me ha fascinado. Cuando estás en plena edad del pavo y te estás “definiendo” lo que en realidad estás haciendo es buscar el “grupi” en el que te encuentras más cómodo y por eso ves a grupos de jovencitas/os o bien con largas melenas lisas, zapatillas de deporte y vaqueros cortados o a mozalbetes con crestas y cazadora de cuero y camiseta más o menos chillona haciendo ruido. Al final son como ese cielo nuboso, no puedes decir que lo forma una sola nube pero no eres capaz de distinguir cuántas hay o dónde terminan unas y comienzan las siguientes.

La uniformidad a la que nos autosometemos es aplastante, asfixiante, abrumadora. Todos toditos debemos hacer lo mismo, vender lo mismo, seguir las mismas “trends”, se habla de lo mismo, se comporta uno igual, etc. Esto en las grandes corporaciones se ve bastante. He visto manuales de corporaciones en los que se te decía, sin tener uniforme, el color de ropa que debías ponerte en los eventos / ferias de la empresa. Gris o Azul oscuro.

El caso es que esta semana, a través de un compañero “linkediano” y sabiendo él que ando en el tema del emprendimiento me pasó el siguiente artículo que yo comparto:

Be Unique… and You Will Succeed

El Sr. Yoshito es un emprendedor japonés de Japón, fundador y presidente de GLOBIS, escuela de MBA número 1 en Japón y explica por qué es importante para las empresas seguir su propio rumbo y no perder el carácter que las hace únicas, pudiendo ser ese carácter la localización, el producto, el personal, etc. Este señor está considerado dentro de linkedin como un “Influencer”, así que digo yo que sabrá de lo que habla, sobre todo porque su experiencia firmemente sustentada en el éxito de su negocio le avala.

De la misma forma hace unos días hablaba con una reclutadora inglesa y me explicaba que las estadísticas indican que de cada 100 CVs se seleccionan como mucho 10 y que de esos 10 se llama a 2 y no me pudo explicar los criterios: seleccionas uno pero realmente no sé decirte por qué.

Pero cómo lo van a saber, es imposible ¡si todos escribimos igual! ¿Qué me diferencia a mi si escribo “orientada a resultados”, de Manolo que también escribe “orientado a resultados”?, solo se me ocurre una cosa y no tiene nada que ver con la formación.

Cuando pasé a formar parte del INEM y a utilizar los servicios que había cotizado durante tantos años, me acuerdo que discutía en casa acerca de qué hacer y cómo hacerlo o cómo redirigir mi extinta carrera profesional. Rápidamente me dijeron “lo que tenía que hacer” y muchas de las cosas que yo proponía “no lo veían, no lo veían”. Eso me pasa muy a menudo, por lo que estoy bastante acostumbrada.

Al final y tras largas comunicaciones y desgaste mental decidí hacer las cosas “a mi manera” aunque estuviera más sola que la una. El hacer las cosas a tu manera tiene ventajas y desventajas. La desventaja principal es que te sales de la norma y eres masacrado, criticado, estigmatizado y por supuesto culpado de todo lo que pasa en tu vida profesional, ha pasado o va a pasar aunque se hable del agujero de ozono, además resaltas y cuando resaltas pues te pueden pasar varias cosas, que tengas suerte y puedas crecer y poco a poco ganes respetabilidad y proyección o que molestes y te pase lo que comentábamos en la entrada de hace un par de semanas. Yo he vivido ambas situaciones.

Una de las cosas que mejor te puede pasar en la vida laboral es poder inventarte tu trabajo día a día, crear tus contenidos, tus retos, tener un enorme espacio en blanco delante de ti y una caja de “rotulas” para pintar en él cada día del zoo, desarrollar diferentes áreas. Hay personas a las que eso les da vértigo, como un Key Account Manager que conocí y que me decía “no sé qué hacer porque no hay nada hecho y además lo que sé no quiero hacerlo porque es un tema muy político y yo sé que tengo este puesto porque soy amigo de, y no quiero problemas, yo lo que quiero es vivir bien”.

Hay muchas personas que prefieren trabajos definidos porque el inventar les parece muy difícil, el inventar conlleva decidir y decidir supone asumir la responsabilidad, si sale bien, genial con suerte te quedas el reconocimiento sino siempre te queda el que te lo has pasado bien y eso no te lo puede quitar nadie, como el conocimiento, si sale mal te vas a llevar una enchilada de críticas…; pero sobre todo y esto es lo más importante, no te sentirás como un hámster metido en una rueda día a día y probablemente serás más feliz.

Hasta ahora poner en un CV tus éxitos era lo que se llevaba, demostrar que tenías ganas de comerte el mundo, que eras capaz. Pero ¿Y ahora?…, pues ahora me encuentro con que parece ser que no es así. Para que lo entendáis, las empresas piden conocimientos a, b, c…, diez años de experiencia, formación en…, iniciativa, alguien con capacidad de tomar decisiones acertadas con poca información, independencia, etc. y luego se lo dan a una “agencia de contratación”, que tiene un portal de esos programado con algoritmos que detecta las “palabras mágicas: empowerment, orientación a resultados, teambuilding…”, y así es como la búsqueda de empleo hoy se ha transformado en un agujero negro del espacio, que absorbe todo y nunca saca nada. Además esas agencias son pagadas por contratar mejor, lo que equivale a más barato, esto ya lo hemos hablado, no me detengo. Por lo que luego las personas que tienen esos cv no son contratadas entre otras cosas porque no saben muy bien qué hacer con ellos. Esto también lo he vivido. Resultado, cada día más me estoy encontrando con mucha gente que para ser contratada no pone en sus CVs experiencia, formación, éxitos conseguidos, etc., tienen que hacer un currículum mediocre, para ser contratados por un sueldo mediocre y entonces hacer un trabajo mediocre ¡JA!. Y aquí es donde el conejo mira el reloj y dice “llego tarde”, la reina de corazones grita ¡que le corten la cabeza! y yo creo que vivo en una peli de Tim Burton dentro de un mundo delirante y me tomo una aspirina porque creo que no entender nada está relacionado con el dolor de cabeza. Quiero que pienses y hagas pero dentro de la rueda.

¿Pero qué estamos haciendo? ¿es tan alto el grado de “ovejamiento” al que nos estamos sometiendo?, ¿De verdad somos tan absurdos que hemos desarrollado ese grado de mediocridad?… ¿De verdad pensamos que haciendo las cosas así nuestra economía, nuestra vida va a ir mejor? ¿En serio crees que alguien que se ve obligado a quitar los idiomas y su titulación de un CV para que le contrates luego lo va a usar para desarrollar su trabajo / tu negocio?…, no obtienes el servicio de Paradores Nacionales si vas al Hostal Paca.

Dicen que el siglo XXI es el de las comunicaciones, el de la información, el de la velocidad y yo os digo, asumiendo que no tenéis que estar de acuerdo, que para mí es el siglo del “ovejamiento”, de la anulación, de la alienación – Mirar Diccionario RAE si se quiere – y que yo no quiero vivir ahí. Que yo no quiero que mi mundo laboral sea gris, mediocre y absurdo y que con cada línea que se anula de un CV se va un trozo del alma de su dueño porque probablemente le habrá costado mucho esfuerzo llegar ahí, para el que se haya olvidado, hay gente que nunca tuvo padrinos. Cada éxito anulado, cada curso eliminado, cada experiencia camuflada e infravalorada lleva un trozo de esa persona, irrepetible, algo que te puede ayudar a ganar mucho dinero, a ti, empresa, lleva una impronta que ha hecho crecer a esa persona y que no lo valores me rompe el alma. Muchos de nosotros no venimos de la cultura del divertimento, de los contenidos fáciles y rápidos de digerir como mis humildes entradas, venimos del mundo en el que tu padre te ponía coliflor de cena y hala, si no te gustaba a la cama, sin pedir opinión, porque el padre sabía lo que era bueno para ti y tú, mico de tres años, era obvio que solo querías Nocilla.

Querido nuevo jefe, cuando recibas a tu nuevo contratado mírale fijamente, luego vuelve a tu mesa y allí, tranquilamente, mira su CV y pregúntate laaaargamente frente a tu bonito salvapantallas corporativo si de verdad estás teniendo lo mejor que podías tener para tu negocio y salir de ese momento difícil en el que estáis o si por el contrario, te estarán sirviendo la ración de mediocridad debidamente emplatada que has pedido, eso sí. Solo tú tienes la responsabilidad y no te olvides de que tú también tienes que dar de comer a tus hijos y tu CV empieza en tu nombre y tu nombre te lo da tu equipo.

Buena semana a todos.

 

María Gil CastañoMaría A. Gil es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.

 

 

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