Desengáñate, estas cosas pasan, es muy lamentable y no debería ser así, pero tampoco deberíamos mirar hacia otro lado en tantas y tantas situaciones y lo hacemos.
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Las empresas, hablando en forma jurídica, son entidades perfectamente dignas, con un objeto social claro y definido, amparado en la ley, con una serie de obligaciones y derechos pero luego están formadas por personas que son muy humanas y que a veces no son tan dignas y que tienen su propio objeto claro, sus lastres psicológicos, y sus propias faltas de principios. Por eso, al igual que hemos hablado de las diferentes patologías que se dan en las organizaciones, de las diferentes opciones de tratarlas, de las figuras narcisistas que respiran el mismo aire acondicionado, hoy vamos a hablar de cómo un jefe que ve que tu luz empieza a crecer más que la suya, decide destruir tu carrera y te quiere fuera de su área de influencia para que no “le hagas sombra”.
Lo primero que voy a hacer es plantear esto como una oportunidad. Si estás leyendo esto y además lo estás viviendo o lo has vivido, pues estoy casi segura al 100×100 de que este enfoque holístico no solo no lo compartirás, sino que te sentará como un tiro, probablemente emitas un juicio del estilo: sí, claro, como a ti no te ha pasado…, o algo mucho más subido de tono y que no puedo escribir por no ser políticamente correcto. Lo entiendo, perfectamente, yo miro desde fuera, tú estás luchando para que ese humanoide no destruya tu principal fuente de ingresos, es decir, te proteges de un ataque directo. Pero estimado lector, lamento decirte que no podrás pararlo. La envidia es uno de los principales males del ser humano, está en la lista de los pecados capitales por algo, por envidia se han cometido crímenes bíblicos, destruido ciudades y arrasado pueblos, tú eres una víctima más.
Cuando tu jefe quiere echarte de la empresa has de plantearte, seriamente, si es el lugar en el que te interesa seguir trabajando o se te ha quedado demasiado pequeño. Digo que es una oportunidad porque puede ser el momento de hablar seriamente con el responsable del otro departamento que te gustaba tanto y quizás te puedas mover a él para seguir desarrollándote profesionalmente hablando. El desarrollo profesional lo solemos entender siempre en sentido vertical, pero ese ascenso no siempre es posible. Un desarrollo lateral, entrando en un proyecto nuevo que te facilite un nuevo equipo, una nueva área de gestión, nuevos compañeros, es también un desarrollo. Si este cambio no es posible, has de contemplar la opción de cambio de compañía antes de que te despidan, la actual se te quedó pequeña, no por ti, pero se te quedó pequeña igualmente.
A continuación, para que despejes las posibles dudas acerca de lo que te planteo, te doy unas pistillas de que tu jefe te quiere fuera de la empresa porque le molestas:
1.- De pronto un muro perfectamente tangible, duro y altísimo aunque transparente se ha levantado a tu alrededor. No existes. No te llega nada de la información de la que te llegaba con anterioridad, no tienes indicaciones de la situación de la empresa, ni de hacia dónde debes dirigirte, no sabes los planes del departamento, las reuniones a las que has de asistir han desaparecido simplemente porque va él/ella y cuando vuelve no te informa. Si no eres visible, no existes, si no existes, eres prescindible.
2.- Eres criticado tanto privada como públicamente, es más, se te provoca constantemente en las áreas en las que eres más débil. Antes no era así, de facto eras ejemplarizante para el resto de tus compañeros, ahora tus ideas ya no gustan, son “horteras”, las presentaciones “equivocadas” aunque no haya escrita ni una letra y solo tengas una foto, te asignan nuevo personal a tu cargo sin consultarte. Cuando pides explicaciones todo lo que recibes por respuesta es un: “yo también tengo que trabajar con gente que no me gusta y que me gustaría quitarme de en medio y me aguanto”, etc.
3.- Te quitan tus privilegios. Eres el único que viajaba a gastos justificados cuando el resto de tus pares lo hacían con dietas. Eres el único que controlaba su propio centro de coste, tenía firma electrónica y potestad para aprobar facturas y gastos, comprar material y suscribirse a revistas del sector. Cuando pides explicaciones y presentas además las debidas autorizaciones te dicen que “ahora es así y punto, por eso yo soy el jefe”.
4.- Te quitan los mejores proyectos y se los queda él/ella y para que le asistan en el desarrollo de los mismos se los dan a miembros de tu equipo cuando tú no estás. “No te preocupes por no estar en los correos, no es necesario que estemos todos informados” pero cuando sus superiores le preguntan les dice que está haciéndose cargo él/ella porque tú no atiendes a tus responsabilidades. Obviamente no puedes, primero porque te han quitado el proyecto y segundo porque como hemos comentado en el punto 1, vives en la más absoluta oscuridad y ostracismo y no sabes nada de los mismos. Ha comenzado tu destrucción hacia arriba.
5.- Te ignoran. Las respuestas a tus correos electrónicos poco a poco han ido desapareciendo, las reuniones semanales no se producen y cuando preguntas no te responden, envías propuestas de mejora que van directamente a la papelera del mutismo, sin antes dejar de pasar por la carpeta de la “falta de respeto personal/me importan un pito”.
6.- Por último y esta es mi favorita, te reasignan funciones, nunca hacia arriba por supuesto, te bajan el sueldo y te informan de que te puedes mover a cualquier lugar de la compañía porque le da igual lo que hagas y que no te preocupes por lo que hacías antes pues ya no es de tu incumbencia. Es en este momento y no en otro cuando más orgulloso puedes estar de ti mismo, de tu capacidad de desempeño y mantener tu autoestima bien alta. Tu jefe te tiene auténtico pavor…, eres lo que él/ella no será jamás. Así de simple.
Vivir estas situaciones es triste y doloroso. Mientras estás sumido en la oscuridad más absoluta viendo cómo todo por lo que has trabajado y lo que has conseguido y levantado se desmorona a tu alrededor se sufre pero con el paso del tiempo puedes llegar a ver que es fortalecedor.
El miedo, al igual que los celos, son reacciones naturales del ser humano, activan nuestras emociones más primarias. El miedo viene provocado por algo que desconocemos o no podemos manejar, porque nos supera, las enfermedades, las catástrofes y en este caso la fuerza y las capacidades de una persona que tiene lo que sabemos que nosotros no tenemos y que consideramos no debería tener, entonces la destruimos sin importarnos el daño que le causamos a ella, al equipo, a la empresa y lo que es más importante, a nosotros mismos.
A todos aquellos que hayan vivido o estén viviendo esta situación, ánimo, no os excuséis por ser buenos. Mantened la cabeza alta, el enfoque positivo, miradlo como una oportunidad de cambio y estudiad las áreas en las que tenéis que mejorar y no perdáis la calma, es la única forma de mantener la perspectiva, la visión 360º y anteponerse a las acciones del otro y estar preparado. Es doloroso pero se puede salir reforzado de ella. A los que no la han vivido, suerte, espero que no tengan que pasar por esto nunca.
Buena semana todos.
María A. Gil es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.
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