El pasado viernes acudí a un taller de Visual Mapping en Madrid. Casi cinco horas compartidas con otras once personas y el “profe” dedicadas a activar el pensamiento visual y a extraer las numerosas ventajas que se obtienen de aplicar dicha práctica en lo que hoy llamamos “management”, a mi me gusta más su término español “gestión”.

Visual Mapping: la imagen como herramienta de gestión

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El Sr. Phillipe Boukobza, Post Graduado en Ciencias Políticas, instructor de Mind Mapping en París por la École Française de l’Heuristique y Lead Consultant en Ibermapping, resultó ser además de un ponente muy instruido un comunicador excelente, por lo que aún con su icónico acento francés y sus disculpas al principio de la sesión por los posibles errores idiomáticos, algo que me sorprendió, ya quisiera yo hablar tan fluidamente no solo su lengua sino a veces la mía pese a ser mi “mother language”, consiguió que la curiosidad por la materia creciese a la misma velocidad que pasaba el tiempo y lo hiciese de forma exponencial.

Como nos informó el Sr. Boukobza, el hombre lleva pintando miles de años, algo que sabemos gracias a descubrimientos como Altamira, pero escribiendo apenas mil. Durante mucho tiempo se ha ignorado al hemisferio derecho (HD), responsable de la parte de pensamiento visual y se ha potenciado la parte del hemisferio izquierdo (HI), responsable del pensamiento lineal. Esta ignorancia intencionada ha hecho que se esté infrautilizando uno de los órganos más importantes que tenemos. Los modernos estudios han puesto de manifiesto la necesidad de comenzar a utilizar el HD y ampliar así nuestras capacidades mediante la conexión de uso de ambos hemisferios.

Hicimos un ejercicio muy sencillo: primero se nos pidió que hiciésemos una lista con diez cosas que nos gustasen mucho y fuesen importantes para nosotros, no había jerarquías, ni temáticas predefinidas, los elementos podían ser desde el queso, pasando por la fotografía, como nuestro perro, comer o dirigir proyectos. Después se nos pidió que los reordenásemos en círculos alrededor de nuestro nombre. Como cuando en el cole pintábamos los átomos y en el centro poníamos el núcleo y fuera en anillos concéntricos los electrones en sus correspondientes capas. Esta forma planetaria de ordenar nuestras actividades crea, lo creáis o no, una cosa que se llama CONTEXTO y te sitúa en la forma en la que percibes el entorno y lo que te rodea y te facilita ver cómo organizas tu vida en función de tu “contexto”.

Lo que estaba más cerca de nuestro nombre, es decir, de nuestro núcleo, es lo que era más importante en esa lista para nosotros, lo que estaba más lejos era lo que menos nos gustaba o tenía menos importancia.

Ni os imagináis los problemas que hubo para situar las actividades previamente escritas y es que al verlo de esta forma, además de contextualizar, estabas priorizando y jerarquizando y verdaderamente ordenando lo que para ti, sujeto, merecía más la pena… Después vinieron las tareas con los post-it de colores y los “rotula” para pintar en una larga pared.

El Visual Mapping tiene una base científica y alguno de vosotros pensará, vale, pero ¿para qué me vale a mi pintar dibujos en post-it con los tíos con los que trabajo?…, que infantil. ¿Leonardo Da Vinci te parece infantil?… El Visual Mapping te permite disminuir la tensión en una reunión de trabajo en la que miembros de un equipo tienen diferentes opiniones acerca de las tareas a realizar y el orden. Te permite agrupar dichas tareas y acercar posiciones de trabajo, ver cómo cada persona tiene una visión diferente de la tarea y como tal la representa y esto es caldo de cultivo para o bien ampliar áreas de trabajo quizás no contempladas con anterioridad o bien desechar planteamientos…, y ya, en última instancia, introduce el humor como herramienta de trabajo…, lo que nos permite alejarnos de una situación tensa e ironizar acerca de ella. Cambia la perspectiva y estimula un área del cerebro que potencia la creatividad que, recordemos, tal y como ya hemos comentado alguna vez, está muy valorada y es un bien escaso. Nos movemos en un mundo MOMO y no en un País de las Maravillas.

Somos visuales, nos guste o no, siempre hemos utilizado las manos para expresarnos, los gestos, la pintura, la escultura, para transmitir información a personas que no sabían leer ni escribir. Los copistas de la Biblia introducían dibujos grotescos y no relacionados con la temática espiritual en los márgenes de las páginas que copiaban con la única finalidad de crear una regla “nemotécnica” con la imagen como base, para hacer que nos acordásemos del mensaje incluido en esa página en concreto…

El hombre evoluciona a la vez que involuciona. ¿Por qué? Porque pierde su capacidad de observar, de imaginar y con ello de inventar. Se vuelve masa informe y sigue a herramientas por otros diseñadas, como por ejemplo Google Maps, aunque el hacer caso de las instrucciones del cacharro te lleve a perderte en la ciudad en lugar de facilitarte la vida. Numerosos investigadores están desmontando esta forma de percibir la vida y creando herramientas como “Happy Maps” que te dan otras alternativas para ir del punto A al B. Yo espero que un día pase lo mismo con las máquinas de café y que vuelvan a instalarse en los aeropuertos y zonas de tránsito las Lavazza y puedas decidir cómo quieres tomarte un cortado y no esas cosas de BOSCH en las que un alemán de Munich, después de haber leído varias estadísticas, ha decidido la dosis de leche que lleva un “machiatto”.

Espero haber despertado vuestra curiosidad acerca de esta herramienta de gestión que utilizan cada día más empresas de alto nivel y que le dediquéis un espacio a vuestro pensamiento visual, empezando, por ejemplo, por pintar vuestro contexto planetario.

Buena semana a todos.

 

María Gil CastañoMaría A. Gil es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.

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