El poder del lenguaje es infinito…, lo vemos todos los días en la prensa y lo experimentamos en primera persona. De la misma manera que soy muy empática con los animales he de reconocer que soy más bien modelo piedra para otras cosas, de lo cual, sinceramente, me alegro.
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Hace muchos años, en el inicio de mi adolescencia, vinieron a mi colegio a hacer unas medidas de CI. Yo tenía casi 15 años. Nos hicieron unos de esos tests, yo siempre he sido malísima en esas cosas, ahora, con esto del paso del tiempo he aprendido a manejar la ansiedad que me producía la hoja en blanco, el cronómetro y las tres casillas A B C. He de decir que sigo sin saber cuántos plátanos le quedan al mono después de ir en tren a casa de Ramón a una velocidad de 80km/h, etc.; pero tampoco es que me preocupe, mas bien me interesa saber que el mono llegó bien y es feliz de ver a Ramón. El caso es que yo no lo hice bien, el día que entregaban los resultados mi profesora me dijo: “eres un poquito más inteligente que un mono, solo un poquito, no creo que llegues muy lejos en la vida, te sugiero que te busques un buen marido y te cases”. Yo la miré con una mirada profunda y después del impacto inicial y dos días de reflexión llegué a la conclusión de que esa tipa no tenía ni idea de quién era yo y de todas las cosas estupendas que iba a hacer en mi vida. Hoy miro todas las cosas que he hecho, recuerdo esas palabras y me río, me río mucho.
He vivido con posterioridad situaciones parecidas y siempre me he reído y mirado con desdén al que con tranquilidad aseveraba si yo era capaz de esto, de lo otro o de lo de más allá, solo porque no me conocía o tenía otros fines. Doy gracias a mi alma de piedra y acero forjado.
Hace unos días presencié una cosa curiosa relacionada con el crecimiento personal, la salida de la zona de comfort en la que vivimos y cómo afrontamos los hechos que acontecen en nuestra vida gracias a la forma en la que se nos presentan a través del lenguaje, cargado de intención y mala leche. Una persona muy cercana está teniendo cambios importantes en su vida, su pareja se está mudando de país por motivos laborales y él ha decidido quedarse un tiempo en su ciudad con todo lo que eso conlleva. Su pareja le transmitía el mensaje así: vas a vivir solo por primera vez, es bueno, es una nueva etapa, tienes herramientas que antes no tenías, va a ser interesante, vas a aprender muchas cosas, etc. Su madre le transmitía el mensaje así: no te preocupes hijo, vas a sufrir pero yo estaré ahí, te haré la comida y no te preocuparás de nada…,etc., le faltaba llorar. Resultado: discusión entre los afectados por exceso de ansiedad provocada.
La empresa Inknowation hace ya unos años inició una campaña enfatizando la importancia del crecimiento y de qué es lo que ocurría cuando salíamos de nuestra zona de confort y por qué esto era bueno:
El vídeo es excelente y se ha reproducido millones de veces. Habla de las herramientas que hemos desarrollado con el paso del tiempo y que nos permiten crecer, habla de cómo afrontar el miedo lógico que tenemos ante cualquier situación desconocida y de cómo salir airoso de ellas y lo explica con un lenguaje visual, divertido y sencillo muy interesante.
Mucho se ha escrito acerca del uso del lenguaje, de limitar la palabra NO dentro de la empresa, de la manipulación de los medios, etc. La realidad es que a través del lenguaje, de la comunicación, del mensaje transmitido, somos capaces de generar una serie de emociones – acciones – reacciones en los demás por lo que debemos ser especialmente cuidadosos con nuestras expresiones y el tipo de mensaje que transmitimos a nuestros colaboradores. A través del lenguaje podemos generar ansiedad o calma, podemos hacer entender a nuestro equipo la complicada situación que vive nuestra empresa y lo importante que es nuestro trabajo para salir de ella, usando la palabra NO delimitamos un entorno y sobre todo, podemos con el lenguaje manejar situaciones de tensión de forma adecuada.
Cuando haya cambios hay que pensar mucho el mensaje que transmitimos y cómo lo transmitimos pues, con la mejor de nuestras intenciones, podemos estar generando un desaguisado y haciendo de una situación normal, de crecimiento personal y profesional y por tanto de una situación con un nivel de exigencia y que requiere del uso de las nuevas habilidades adquiridas con el tiempo y que puede terminar siendo una situación divertida o por lo menos interesante, una situación estresante, de miedo, minusvalorando las capacidades del otro y haciéndole vivir como un infierno lo que sería un proceso natural.
Con esta entrada me despido hasta dentro de unas semanas. Os deseo una feliz semana y felices vacaciones a todos, llena de lenguaje claro y transparente, de retos de crecimiento y de momentos piedra que os permitan permanecer impermeables a ciertas palabras.
María A. Gil es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.