Mientras más simple sea un hábito más sencillo va a ser adquirirlo. Y quien es capaz de desarrollar hábitos positivos tiene en sus manos una potente herramienta para alcanzar el éxito. Pero la creación de buenos hábitos implica simplificar al máximo posible las acciones a realizar, pues mientras más complejas sean estas más va a costar adquirir el hábito planeado.
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Por ejemplo, somos muchos los que buscamos levantarnos temprano y comenzar las mañanas de una manera motivadora, ya sea desayunando tranquilamente o bañándonos mientras escuchamos nuestras canciones favoritas. ¿Qué cantidad de personas puede presumir de hacer esto? La realidad es que muy poca, pues la gran mayoría comienzan el día con prisa, y poco pueden hacer para enderezar y tranquilizar sus horas matutinas.
El problema radica en no aceptar pequeños fracasos y abandonar al primer momento que surge un contratiempo. Querer lograr el objetivo desde el primer día es indispensable para tener éxito, pero es aún más importante estar conscientes de que la formación de un hábito va a requerir mucho más que un par de días. Y sobre todo, que no se te cierre el mundo si fallas en algún momento.
Te comento una experiencia personal que he tenido durante los últimos meses. Nunca había sido bueno para levantarme temprano, pero un buen día decidí que haría deporte todas las mañanas antes de ir a trabajar, lo que implica levantarme entre 5:30 y 6:00 de la mañana. La decisión derivó de dos factores: no tengo horario de salida en el trabajo, y por las noches el gimnasio que frecuento está tan lleno que resulta incómodo.
Los primeros días logré el objetivo, pero a la semana me falló el despertador y me levanté tarde, por lo que no pude ir al gimnasio. En el trayecto al trabajo me sentí un poco desanimado, pues consideré que estaba realizando un buen trabajo antes de esa «falla». Mi mente estaba tan centrada en esa cuestión que tardé varias horas en concluir que ese día podía ir al gimnasio por la noche. No cumpliría al cien el objetivo, pero al menos tendría un día más haciendo deporte.
Ahora que analizo mi hábito con la perspectiva de unos meses me he dado cuenta que no fue tan difícil en realidad, porque aunque tengo que hacer un esfuerzo cada mañana, el hábito de levantarme temprano a hacer deporte se ha visto reflejado positivamente en muchos otros aspectos. Con esto quiero decir que he desarrollado un hábito muy potente.
Levantarme temprano me ha llevado a dormir temprano, por lo que descanso adecuadamente. Una cosa más que ha detonado mi hábito es preparar mis cosas para el siguiente día durante la noche anterior, pues así una vez que me levanto estoy listo en pocos minutos. Como vez, un hábito potente es un detonador de nuevos grandes hábitos, por lo que de cierta forma se va creando una cadena de hábitos positivos.
Olmo Axayacatl es ingeniero mecánico agrícola de profesión, con una maestría en ciencias en horticultura, sin planes para el doctorado pero le gustaría irse algunos años a un país de habla inglesa, mientras tanto es profesor y bloguero.
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