Hace días el mundo empresarial quedaba sobresaltado por la noticia del amaño de los motores Volkswagen. Esta empresa de reconocido prestigio en el mundo de la automoción reconocía el engaño de sus motores. La estafa consistía en la cantidad de emisiones contaminantes que vertían estos a la atmósfera. Estos contaminantes son limitados por directivas de la Unión Europea y son de obligado cumplimiento por todos los países miembros.
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Volkswagen había diseñado un software de control de sus motores que era capaz de identificar cuando el coche estaba siendo evaluado y cuándo se encontraba en circunstancias reales de conducción. Así, cuando el software detectaba que el coche estaba siendo evaluado, cambiaba los parámetros de combustión y falseaba el nivel de emisiones contaminantes habituales del motor para situarse en los márgenes permitidos por la ley. Es decir, Volkswagen puso toda su ingeniería al servicio del engaño. La marca alemana ha incumplido la ley y se ha saltado las directivas comunitarias con respecto a las emisiones contaminantes.
La Unión Europea estableció hace años una estrategia clara para reducir de forma general la contaminación provocada por el transporte y afecta tanto al tráfico rodado como a otros tipos de transporte. Tengo la suerte de trabajar en una pequeña empresa involucrada en la disminución de la emisión acústica por parte de los barcos, trabajamos en proyectos de I+D+i financiados con fondos europeos, y nuestro objetivo establecer métodos de diseño y construcción de los buques para disminuir el nivel de ruido aéreo emitido por los barcos y el ruido radiado al agua para afectar lo menos posible a la fauna marina.
Llevamos trabajando en este tipo de proyectos desde hace 6 años y hemos conseguido los objetivos marcados en las líneas de investigación para reducir las emisiones acústicas en los barcos, siendo una pequeña empresa de apenas 20 ingenieros todos españoles. Volkswagen lleva desde el 2008 con este fraude y la pregunta es por qué una empresa que tiene una maquinaria de ingeniería tan grande hace esta trampa tan fragante. Más si cabe cuando no les hacía ninguna falta. En 2014 rozaron el liderazgo mundial —10.215.000 de vehículos vendidos— y este año ocupaban ya el primer lugar. Aunque quizás sin esta trampa no hubieran alcanzado el liderazgo.
Urge cambiar la misión de las escuelas de negocio y formar directivos éticos y responsables, hay que establecer líneas rojas en los negocios que no se pueden sobrepasar. La venta consiste en el cambio de un producto o servicio que necesitas y tiene un valor por un precio pactado. Si pagas un precio por algo al que se le presuponen unas cualidades y esas cualidades no existen y además, intentan que no te des cuenta, a eso se le llama estafa, engaño o timo. De esto último desconozco si existen escuelas pero si hay una película excelente que trata sobre las artes del timo y del enredo, “Nueve Reinas” en la cual dan una lección magistral sobre estos asuntos.
Los directivos de las grandes empresas no pueden ser trileros de los negocios y embaucadores de las finanzas que busquen únicamente las cifras de negocio sea al precio que sea. Los directivos de las empresas deben ser personas con fuertes valores, sólidos y con responsabilidad. Hay que enseñar en las escuelas de negocios donde se forjan estos líderes y futuros referentes empresariales que no todo vale, que existe una ética en las ventas y que el engaño no se contempla como una opción hacia el éxito. Y lo más importante que el engaño trae consecuencias. Aún nadie se ha atrevido a calcular el coste en la imagen de la marca alemana que tendrá en un futuro y cómo afectará en las ventas.
Hace unas semanas leía una entrevista a Elon Musk, es el fundador de Paypal, Space X y Tesla Motors empresas orientadas a hacernos la vida mejor y que han cambiado algunos de nuestros hábitos, empresas con un fin responsable.
En la entrevista a Musk decía que recomendaba no estudiar un MBA en las escuelas de negocios, porque “sólo enseñan cosas equivocadas”. Él piensa que no enseñan de verdad cómo pensar en crear un negocio. “Y las grandes escuelas de negocios son las peores” añade él. De hecho, en los altos niveles de sus empresas hay muy pocos graduados en escuelas de negocios.
No comparto que haya que prescindir de las escuelas de negocios pero si tengo claro que necesitan una reforma profunda. Una reforma en su misión, un giro hacia la ética y una búsqueda de los valores comerciales y empresariales, sin engaños y sin farsas.
En 1.930 se constituyó Volkswagen, décadas más tarde se convirtió en un referente automovilístico y con lo que no contaba nadie es que en su mejor momento justo este año la empresa se vería afectada por su mayor crisis y de la cual no sé sabe cuándo saldrá. Una crisis con un origen ético y una repercusión económica de la cual no se conocen cifras.
De este caso hay una importante lección para los responsables de Volkswagen, el engaño no es una opción y la ética es su asignatura pendiente, estudien donde estudien.
Rubén Ramírez es ingeniero Mecánico de educación y vendedor de tecnología de profesión. Me entusiasman las soluciones de gran #valorañadido y la #altatecnología sobre todo esa que está al servicio de la sociedad.
Don Ruben que harías si tu jefe te ordenara realizar un artefacto que a sabiendas sea perjudicial para las personas o para el medio ambiente, renunciarías a tu puesto de la PYME familiar, recuerda que los ingenieros nos hacen la vida más fácil gracias a la tecnología, pero también nos afectan conocedores de sus consecuencias por ejemplo antenas repetidoras de telefonía producen cáncer, bombas anti personas, transformadores de alta tensión, etc… y muchos de ellos están aprobados con sus certificados de calidad y excelencia, se asemejaría a los narcotraficantes hacen dinero a costa de la salud y sanidad de la gente, entonces ¿quien es el culpable? , nadie aplica ética en el mundo empresarial, recuerda que esto es una guerra de todos y el negocio de unos pocos.-
Buena cuestión la que planteas. Yo me niego a pensar que esto es una guerra de todos y el negocio de unos pocos, no creo que la única forma de ganar dinero sea la de usar malas artes. De hecho creo que si las malas conductas de este tipo se sancionarán fuertemente tanto a la empresa como a los responsables, las reglas del juego cambiarían. En cambio si dejas este tipo de cosas impune de alguna forma estás fomentando estás prácticas.