Una persona con chispa es una persona que destaca, y una persona que destaca es alguien que está un paso más cerca de cumplir su objetivo. Destacar podría ser algo que todos buscamos, pero lo cierto es que ocurre todo lo contrario: la mayoría de personas tratan de no destacar demasiado. ¿Entonces es malo destacar? No, para nada, pero sucede que quien destaca se pone en el ojo del huracán y por tanto está expuesto a las miradas y críticas de todos los que le rodean.
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Sin embargo, si no te permites destacar, si escondes tu chispa y entierras tus ideas, puedes estar causando un gran daño en quienes te rodean. Mira, el mundo está deseoso de seguir, más que de guiar, razón por la cual sobran seguidores y faltan líderes. Si tú tienes la chispa y la escondes, estás apagando la luz que guía a muchas otras personas. Si, sé que no es fácil ser el que destaca, pues la comodidad del anonimato siempre será bastante tentadora.
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Lucha contra los paradigmas establecidos
La mayoría de las empresas que existen invierten gran cantidad de recursos para reclutar trabajadores que aporten cosas nuevas, trabajadores que tengan ideas frescas y que no estén inmersos en la dinámica de conformismo que suele abundar en las oficinas. Paradójicamente las mismas empresas, con su gran cantidad de procesos, reglas y lineamientos, actúan negativamente en la gente recién contratada.
Son pocas las empresas que comprenden que la innovación no va a llegar de fuera, sino que surgirá cuando su sistema se modifique y permita la creatividad. No importa cuanto se invierta, por más trabajadores creativos que se contraten no se va a tener innovación si es el mismo sistema laboral es el que lo impide. Para que la chispa de las personas surja deben existir las condiciones necesarias.
Si no puedes contra el sistema…
Es curioso que en una empresa te inviten a ser creativo, a compartir tus ideas y expresar tus puntos de vista, para que después el mismo sistema te limite por completo. Es curioso, pero pasa bastante seguido. Muchos jefes creen que la innovación surgirá de la nada en la mente de sus subordinados, sin siquiera llegar a comprender que se requiere más que solo pedirlo: es necesario establecer el ambiente adecuado.
Ahora bien, cuando se pide ser creativo e innovador, pero no hay las condiciones para ello, entonces se está luchando contra el sistema. Vencer los paradigmas y convencionalismos es una labor titánica, y aunque mi recomendación es que lo intentes, si ves que no logras nada en un determinado tiempo, creo que es momento de un cambio; es decir, si no puedes contra el sistema es porque quizá estás en el trabajo equivocado.
Olmo Axayacatl es ingeniero mecánico agrícola de profesión, con una maestría en ciencias en horticultura, sin planes para el doctorado pero le gustaría irse algunos años a un país de habla inglesa, mientras tanto es profesor y bloguero.