Realmente son pocas las personas que se pueden considerar completamente organizadas, por lo que la gran mayoría pasamos cada día sobreviviendo en una especie de caos, al que estamos acostumbrados pero que no solemos controlar. La cuestión es que salirse un poco de dicha desorganización no suele resultar sencillo, por lo que si buscas mejorar tu organización personal te recomiendo que comiences con un simple punto…
© Andreas P – Fotolia.com
Define un objetivo diario. Un consejo muy breve y conciso, pero que esconde un gran potencial para comenzar a ser más organizado. Ojo, que se trata solo de una forma de comenzar a organizar tus actividades, si es que te consideras alguien que está inmerso en un caos constante, pero considero que aquello que comienza de buena manera después tendrá éxito.
Tabla de contenidos,
Siempre es difícil seguir una planeación
Debo admitir que durante el último año he querido mejorar mi organización personal, pero aunque me he esforzado bastante, no lo he logrado en gran medida por el sistema de trabajo de la empresa donde laboro. Y es que por mucho que me esfuerce en planear mis días, siempre una junta termina extendiéndose o algo más pasa que evita que pueda llevar acabo mis actividades conforme las había planeado.
Cuando una planeación depende de terceras personas siempre habrá cambios a lo largo del día, y esto en sí no resulta prejudicial, pero si lo hace cuando se vuelve una constante de todos los días, lo cual es mi caso. Ahora he aprendido que aunque dentro de las mismas empresas se exigen planeaciones, son muchos los factores que van a modificarlas, por lo que he decidido trabajar por objetivos concretos.
El poder de un objetivo concreto
Mi planeación de toda la semana, cosas personales incluídas, está basada en las actividades laborales que debo realizar, las cuales debo presentar en un cronograma de trabajo al inicio de la semana. Pues bien, mi cronograma laboral es más bien un requisito con el que debo cumplir, pues realmente cada día me muevo en base a un objetivo.
Es decir, me he olvidado de seguir al pie de la letra los horarios marcados en mi cronograma, y ahora enfoco mis esfuerzos en concretar el objetivo del día. Esto me ha servido básicamente para detectar cuando estoy comenzando a trabajar en algo que no va enfocado a cumplir mis objetivos (es impresionantemente sencillo meterse en cosas que no estaban planeadas), e inmediatamente recapacito y vuelvo a lo mío.
¿Cómo determino mi objetivo?
Cada día antes de salir al trabajo pienso en las cosas importantes que debo hacer, y de entre ellas defino la que resulta mucho más importante. Entonces la idea es centrarme en realizar eso que resulta más importante. Se puede pensar en un inicio que entonces se dejarán muchas cosas por hacer, pero la realidad es que las actividades más importantes suelen requerir de completar actividades previas.
La importancia de definir un objetivo para cada día es que se evitan muchas cosas que solo son distracciones. No importa en qué trabajes, todo parecerá importante y urgente, y si no tienes un objetivo claro entonces te desviarás de tus ocupaciones a cada momento, por lo que al final del día habrás tratado de hacer muchas cosas pequeñas, y aunque quizás las hayas concluido, tu mayor actividad de ese día se ha quedado incompleta.
Olmo Axayacatl es ingeniero mecánico agrícola de profesión, con una maestría en ciencias en horticultura, sin planes para el doctorado pero le gustaría irse algunos años a un país de habla inglesa, mientras tanto es profesor y bloguero.