Seguro que te ha pasado alguna vez de tener una canción en la cabeza durante días, semanas o meses dándole vueltas en la cabeza. Para esto existe una razón para que ocurra y también existen maneras para solucionarlo.

sa canción no me la puedo sacar de la cabeza

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Si ves que cantas la misma canción una y otra vez, y no consigues sacártela de la cabeza sufres lo que se denomina “earworms” o “imágenes musicales involuntarias”. Esto es un fenómeno común, de hecho hay varios estudios que determinan que le sucede al menos el 92 por ciento de personas que les pasa al menos una vez por semana.

Según los estudios realizados afirman que la exposición repetida o reciente a una canción está asociada a imágenes musicales involuntarias. Por lo que, no es de extrañar, si tienes niños, te puedes encontrar cantando alguna canción de alguna película Disney. O por el contrario, apareces cantando la canción de ese verano en todas partes.

Otra causa que está directamente relacionada es por la memoria. Ir a un sitio donde se escucho por primera vez una canción puede provocar que la memoria se active y la traiga de nueva a la mente. Por tanto, escuchar una frase en particular puede hacernos recordar una canción determinada. Este proceso es denominado como asociativo.

Los estados afectivos también nos pueden influir a la hora adquirir las imágenes musicales involuntarias. Como ejemplo, se puede escuchar repetidamente una canción la primera vez que se sufre a una decepción amorosa, es común recordar esta canción cuando se experimenta esa emoción. Esto pasa porque el cerebro aprende a asociar una emoción determinada con una canción en particular. Algunos científicos de la Universidad de Montreal han determinado que los “earworms” pueden ayudar a reconocer lo que estamos sintiendo.

Ahora podemos pensar que está pasando en nuestro cerebro. Debemos de pensar lo pegajoso que puede ser una canción está directamente relacionado con nuestra memoria a largo plazo. Aunque, hay determinadas imágenes musicales involuntarias, aparecen fragmentos cortos, de más o menos de 20 segundos, son extremadamente repetitivas y casi como si las estuvieras escuchando siempre. Esto ocurre en un área concreta del cerebro, es la parte de la memoria de trabajo, que se emplea para tareas de memoria temporal como los números y las listas de compras.

En el cerebro en la parte de la corteza auditiva del cerebro, que está ubicada en el lóbulo temporal, se encuentra en la zona denominada “bucle fonológico” que está asociado a la memoria temporal. Por esto, funciona como una grabadora que almacena pequeñas cantidades de información auditiva. Normalmente, la información se guardo por poco tiempo allí, luego se olvida o pasa a la memoria a largo plazo.

Según el Doctor James Kellaris de la Universidad de Cincinnati “Algunas canciones tienen propiedades que provocan una reacción anormal en esta zona del cerebro, que hacen que la canción se repita una y otra vez y, esta repetición, en vez de hacer que se olvide, sólo la reafirma”.

Existen estudios que afirman que las personas que sufren de trastorno de déficit de atención o hiperactividad son menos receptivas a las imágenes musicales involuntarias, mientras que aquellos que son obsesivos compulsivos son más propensos a padecerlas.

Después de analizar todo esto nos podemos plantear de cómo borrar una canción que está en nuestra cabeza. Romper el bucle fonológico puede ser bastante complicado, sobre todo, si tenemos en cuentas las diferentes causas que lo producen. Por esto, si nos guiamos por la investigación realizada por la Universidad de Montreal que hemos visto en este artículo, no debemos deshacernos de esto, pues nos sirve como una forma de regular e identificar nuestras emociones.

En el caso de estar cansado y deseas sacarte esa canción de la cabeza, es posible encontrar una solución. Una de las soluciones que podemos poner en práctica es enfocarse en otra actividad que nos obligue a usar la memoria a corto plazo. Otra manera es escuchar y cantar la canción completa nos puede ayudar. Como los “earworms” son fragmentos cortos que se repiten, el completar la canción nos ayude a cerrar el ciclo y nos ayude a olvidar.

Otra manera es escuchar otra canción que nos ayude a olvidar, utilizando el principio del refrán “un clavo saca otro clavo”. Otra manera que puede funcionar de manera satisfactoria es ocupar la menta haciendo rompecabezas o sudokus, pues esto ocupa gran parte de la memoria de trabajo y nos obliga a vaciar la mente para poder concentrarnos en una determinada tarea.

Por lo tanto, la música la podemos utilizar para modificar las tendencias de consumos de nuestros clientes a la hora de comprar. Es un una manera en que muchos de los consumidores no caen en la cuenta, pero ahí se está influyendo en su comportamiento. Numerosos estudios han realizado para estudiar este comportamiento, al igual que otros como el ambiental, el olor, color, colocación de los productos,…

Según Adrian North de la Universidad de Leicester concluye que la música nos influye verdaderamente cuando los consumidores se encuentran en una tienda realizando determinadas compras.  North declaro “… las piezas musicales de ritmo rápido conducen a los clientes a caminar o ir más rápido por el establecimiento, mientras que las piezas que son más lentas incitan a caminar más lentamente y a pararse o detenerse para prestar atención a los productos, por lo que su estancia en la tienda también será más larga. El ritmo marca la pauta del consumidor”.

Una determinada canción puede condicionar de una forma u otra la intención de compra del consumidor utilizándolo para la publicidad.

 

Raúl JaimeRaúl Jaime es profesor en IEBS Business School en varios programas Máster, emprendedor de Empresa Formación y profesional del sector de finanzas. También investiga sobre la creatividad e innovación en la empresa.

 

 

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