Hoy en día me sigue sorprendiendo que la mayoría de las personas que se enteran de que escribo en algunos blogs crean que se trata de una habilidad impresionante. A más de uno le he tratado de convencer de que se abra un blog y comience a escribir sus propios contenidos, pero después de muchos años podría contar con los dedos de una mano las personas que se han metido al mundo de los blogs gracias a mi.
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Quizá no sea muy bueno para eso de animar a la gente a escribir en su propio blog, lo admito, pero vamos, tampoco es que se trata de una habilidad que deba impresionar tanto a las personas. Hace ya algunos años comencé a escribir en mi propio blog, uno que ya no existe, y aunque por tratarse del inicio me costó un poco agarrar ritmo, debo admitir que tampoco fue algo del otro mundo, algo que necesitara un esfuerzo sobrehumano.
Algunos de mis primeros artículos apenas llegaban a las 200 palabras, pero para mi eran geniales. Ahora que los veo con la perspectiva de los años puedo decir con mucha seguridad que he logrado avanzar bastante, pero sin esos inicios no hubiera podido llegar al día de hoy. Y en varios años veré los artículos que escribo actualmente como un escalón más, pues sé que aún puedo mejorar una inmensidad.
Lo importante de todo este asunto de bloggear es creer en lo que haces. Así escribas el artículo más sencillo del mundo, si crees en lo que haces, entonces no será solo un artículo más, sino que se convertirá en un diminuto aprendizaje que, junto a otros tantos diminutos aprendizajes, se convertirá algún día en algo de mayores proporciones. Pero todo comienza con creértelo.
Tener un blog es decepcionante para la mayoría de las personas porque en la sociedad actual se prioriza lo inmediato. A veces creemos que todo es como en las películas, donde en un par de momentos se presenta el problema y en una media hora el asunto está resuelto. O también porque estamos rodeados de historias de éxitos, donde lo que más se resalta es justamente el momento de éxito, pero no se muestra todo lo que hubo que pasar para llegar a ese punto.
Por eso bloggear decepciona al 90 por ciento de las personas que lo intentan, pues por una u otra razón se hacen a la idea de que serán leídos por miles de personas de un día para otro. Hay que tener claro que sin importar lo bueno que se sea, como mínimo por algunos meses solo tú y tus conocidos más cercanos leerán tu blog. E incluso aquellos bloggers con miles de visitas diarias tuvieron un inicio solitario. Así es esto, y uno debe creérselo para soportar escribir en un rincón olvidado de la red durante algún tiempo, pero si se trabaja con constancia siempre habrá una recompensa.
Olmo Axayacatl es ingeniero mecánico agrícola de profesión, con una maestría en ciencias en horticultura, sin planes para el doctorado pero le gustaría irse algunos años a un país de habla inglesa, mientras tanto es profesor y bloguero.