Todos disponemos de una serie de capacidades que forman parte de nuestro perfil personal y profesional. Dichas habilidades pueden ser pocas o muchas, pero esto no importa tanto. Lo que más importa es que tan buenos somos en ellas. Saber hacer un poco de todo está bien, pero aún hoy en día la especialización sigue siendo la norma, y si no eres especialista en algo deberías comenzar a pensar en ello.
© Improve Your Competence – Fotolia.com
Es muy común que en las empresas se realicen balances sobre cada persona que trabaja en ellas, y aunque el nivel de complejidad del análisis puede variar, nunca faltarán las fortalezas y debilidades (o áreas de oportunidad, en el idioma laboral, para no herir susceptibilidades). Hasta aquí todo bien. El problema viene cuando se pone más énfasis en minimizar las debilidades, en lugar de maximizar las fortalezas.
Tabla de contenidos,
Prioriza en lo que eres bueno
Si hay algo en lo que seas muy bueno entonces enfócate en ello. La mayoría de tus esfuerzos deben ir encaminados a mejorar aún más, pues justamente eso en lo que eres experto es lo que puede crear una diferencia en el ambiente laboral. Y créeme, aunque a veces no lo parece, las personas que marcan la diferencia son las más valoradas por las empresas en las que vale la pena estar.
Ahora bien, si hay alguna cuestión secundaria que influya mucho en aquello en lo que eres un experto, entonces también debes darle prioridad. Por lo general una habilidad no existe de forma aislada, ya que siempre habrán habilidades y capacidades similares. En este caso hay que darle prioridad al conjunto de cosas en lo que eres bueno. Pero ojo, darle prioridad no implica que requiera de todo tu tiempo.
Mejora lo demás de a poco
Como ya te he dicho, la prioridad siempre será mejorar aún más en aquello que eres bueno, pero tus áreas de oportunidad no deben quedar tampoco en el olvido. Poco a poco debes ir puliendo otras capacidades. No te lo tomes de forma muy presionada, pero tampoco lo dejes a la ligera: has de encontrar el equilibrio adecuado. La razón para esto es que si te enfocas en tus debilidades podrías descuidar tus fortalezas, y entonces en lugar de mejorar retrocederías. En cambio, si mantienes tu fortalezas intactas, estas te servirán para tener algo de lo que sujetarse cuando se intenten mejorar las debilidades.
Además, si una capacidad es demasiado fuerte, puede incluso a suplir varias debilidades. Por el contrario, varias capacidades regulares no le pueden hacer frente a una capacidad bien desarrollada. En este tema cantidad no supera a calidad. Así que ya sabes, tus fortalezas son la punta de la lanza, que abre camino y ayuda a ir mejorando poco a poco en todo lo demás.
Olmo Axayacatl es ingeniero mecánico agrícola de profesión, con una maestría en ciencias en horticultura, sin planes para el doctorado pero le gustaría irse algunos años a un país de habla inglesa, mientras tanto es profesor y bloguero.