La naturaleza específica de las empresas familiares hace que en ellas lo personal y lo profesional conviva, a veces de forma menos armoniosa de lo que nos gustaría. Al fundador del negocio familiar le cuesta delegar; su empresa es como un hijo más. Los descendientes llegan con fuerza y ganas de cambiarlo todo, asumiendo más riesgos de lo que cabría esperar. ¿Cómo conjugan las empresas familiares modernas los intereses de todos sus miembros?
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La forma más habitual de hacerlo es a través de dos vías:
- Por un lado, definiendo claramente los roles y responsabilidades. De esta forma, ningún miembro de la familia olvida que tiene responsabilidades ante el resto. En algunos casos se establecen incluso objetivos de productividad.
- Por otro lado, creando los órganos de gobierno necesarios, junto al protocolo familiar.
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Roles principales en la empresa familiar moderna
- Accionistas o propietarios: en la parte alta de la pirámide, son aquellos miembros de la familia que poseen la propiedad de la empresa. Normalmente se trata del padre y sus descendientes, que en muchos casos comparten propiedad con otras entidades externas que han financiado el proyecto a cambio de un número limitado de acciones. Estos miembros de la familia y resto de accionistas deben decidir quiénes son los administradores de la empresa, pero en ningún caso gestionarla excepto en las grandes decisiones que afectan al patrimonio, como fusiones o ventas.
- Administradores: tienen la responsabilidad de proteger los intereses de los accionistas, elegir a la dirección de la empresa y determinar junto a ella cuál será la estrategia del negocio. Se trata normalmente de miembros de la familia que no tienen patrimonio invertido, sino que realizan su trabajo a cambio de un salario.
- Directivos: el resto de miembros de la familia, o a veces personas externas a ella, que dirigen las distintas áreas de la compañía (ventas, producción, operaciones, recursos humanos…) también a cambio de un salario. Se encargan de la operativa del día a día, de transformar la estrategia marcada junto a los administradores en una realidad.
Este esquema, que parece muy sencillo, va añadiendo complejidad a medida que la empresa va evolucionando. Los propietarios en muchas ocasiones son también administradores, o a miembros de la familia que se encuentran en la dirección se les premia con acciones, con lo que pasan a ser propietarios. Por ese motivo a menudo los roles se mezclan y es importante tener claro cuál es el papel de cada uno y qué intereses defiende.
Los órganos de gobierno
Los órganos de gobierno sirven, precisamente, para que la familia gestione sus conflictos de manera profesional y sin traumas.
- El Consejo de Familia: es el órgano de gobierno donde se reúnen los propietarios y el resto de familiares para establecer las reglas de funcionamiento de la empresa familiar. Permite trasladar los valores de la familia al negocio y solventar conflictos de intereses antes de que supongan un grave problema.
- El Consejo de Administración: en él participan todos los administradores, sean o no parte de la familia, y se utiliza como herramienta para definir la estrategia de la empresa y para establecer los mecanismos mediante los que se protegerán los intereses de la familia.
Ana Calzada, periodista y especialista en comunicación para Pymes y Empresas. Es colaboradora de diversos blogs relacionados con este tema, como Blogoempresa y redactora en Eaeprogramas.es/Empresa-familiar, del que es la redactora principal. Además, ha colaborado como formadora con escuelas de negocios como ENyD (Escuela de Negocios y Dirección de Madrid) y como asesora de varias empresas de nuestro país.
Yo soy miembro de una empresa familiar y debo reconocer que pese a que en algunas situaciones es alejar nuestro papel personal y emocional con el resto de miembros, siempre hemos llevado a cabo una disciplina en nuestros roles dentro de la empresa.