En la gran mayoría de las empresas se trabaja bajo un sistema de objetivos. Dichos objetivos se presentan a inicio de año y se espera que para final de año se hayan cumplido. Dependiendo de la naturaleza de los objetivos hay desde los más sencillos a los más complicados. Pero siempre se trata de cumplir con ellos porque de esto dependen por lo general aumentos y bonificaciones salariales.
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Sin embargo, trabajar bajo un sistema de objetivos no garantiza que el trabajo se esté realizando bien. Digo esto porque resulta muy común que conforme se acerca la fecha límite se trabaje más duro para cumplir lo establecido. Es decir, buena parte del año gran cantidad de empleados se la llevan tranquila, para trabajar a marchas forzadas cuando se acerca la evaluación de fin de año.
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Justo como en la escuela
Trabajar bajo un sistema de objetivos es difícil porque se asemeja mucho a la escuela, y puedo decir por experiencia propia que la mayoría de los alumnos suelen esperar al último día para hacer la tarea, por lo que da igual que se les de una semana de plazo o un día. Y en las empresas pasa exactamente lo mismo: se trabaja más conforme la fecha límite se acerca. ¿Cómo evitar esto?
Es difícil cambiar paradigmas laborales como este, pues la solución tiene que ver con un cambio de enfoque: en lugar de que alguien más nos presione deberíamos ser nosotros mismos los que nos exigiéramos más. A más de uno la idea podría sonar alocada, pero basta investigar un poco sobre la trayectoria de personas exitosas, que tienen en común el hecho de que su mayor competencia son ellos mismos.
A mayor claridad mayor éxito
Cuando Alicia (del cuento «Alicia en el país de las maravillas») se siente perdida le pregunta al gato cuál es el camino que debe seguir. El gato le pregunta a dónde quiere llegar, a lo que Alicia le responde que no le importa mucho el sitio. Entonces el gato le dice que tampoco importa mucho el camino que elija… Si no tienes objetivos claros entonces es como ir disparando escopetazos al aire esperando que en alguno caiga un pato.
Una cosa es segura: todos queremos ser exitosos, lo que sea que cada uno entienda por éxito, pero son pocos los que tienen claro como van a lograrlo. El hecho de querer algo es un buen inicio, pero para lograrlo hay que pensarlo, reflexionarlo, visualizarlo y, sobre todo, comprometerse. Si falta claridad de ideas entonces no importa el camino que se elija, pues cualquiera resultará aceptable.
Olmo Axayacatl es ingeniero mecánico agrícola de profesión, con una maestría en ciencias en horticultura, sin planes para el doctorado pero le gustaría irse algunos años a un país de habla inglesa, mientras tanto es profesor y bloguero.