Está muy de moda últimamente colgar en LinkedIn carteles que hablan de los bajos salarios y se está empezando a debatir acerca del papel que juegan los reclutadores de las empresas, de cómo motivarles y de cómo podría ser posible incluirlos en el plan estratégico o que pusieran en funcionamiento un programa de gestión de talento…, que no talentos…, y eso incluye no solo a los directores de alto nivel, sino a todos los niveles, dado que la Gestión de Talento supone un desarrollo profesional en el que toda la empresa está involucrada.

Lo siento empresa, no me interesas

© leremy – Fotolia.com

Estoy total y absolutamente de acuerdo en esta forma de gestionar al personal que trabaja en una compañía. También hay muchos carteles que dicen “Si pagas cacahuetes, obtienes monos”, “si te parece caro pagar a alguien que sabe, vas a ver lo caro que resulta lo que supone que se vaya o pagar a quien no sabe”…, de esto doy fe…, conozco alguna compañía a la que le está saliendo carísimo…, y así un largo etcétera.

En paralelo y esto lo podrá ver cualquiera que se asome a un portal de búsqueda de empleo tanto nacional como extranjero, los salarios han bajado considerablemente, pero no solo eso. Muchísimas empresas no gestionan sus procesos de contratación, sino que lo externalizan con consultoras especializadas que buscan no el profesional que más encaje, sino el más barato y que se aproxime más a lo que quieren, porque es como ellos ganan dinero. Ya no se suelen publicar los sueldos ni los beneficios sociales, sino que la gente se presenta por el tipo de trabajo, porque es lo que sabe hacer, y luego se le pregunta cuánto quiere ganar y se le tira si el “precio” no encaja sin contemplar ni siquiera el CV o lo que puede aportar al puesto. ¡Bienvenidos al Bershka laboral!

Doy fe de ello, pues lo he vivido de primera mano en varias ocasiones. Me gusta saber cómo funcionan las cosas y en paralelo a ultimar el proyecto que espero por fin se consolide antes del verano, miro las ofertas aquí y allá y me presento a la que me interesa. En una de ellas me respondieron a vuelta de correo que gracias, pero que mi cv había sido desechado. A vuelta de correo yo pregunté al reclutador que cómo era posible si me acababa de inscribir, él que amablemente y con flema inglesa me informó que el salario había sido el asunto. Yo le dije: muy bien, ¿cuál es el sueldo? negociemos. Ni respondió. Hoy me llamó la atención una oferta de una empresa que pedía un jefe de proyecto para enviarle a Malí,  vuelta a su país de residencia cada 3 meses durante el primer año y luego cada mes y medio o cada dos. Preguntaban cuánto ganaba en su anterior empleo y lo mejor “por cuánto estaría dispuesto a trabajar y en qué tipo de beneficios estaba pensando”…

Hace años, en uno de mis cambios de compañía, el reclutador de turno me pasó una oferta como si fuese una persona sin experiencia y con estudios básicos, el resto me lo debía ganar con horas extras. A vuelta de correo yo le respondí: “entiendo que ha habido un error en esta oferta. Agradeceré su revisión contemplando mi experiencia y formación, previamente demostrada con su empresa. Espero sus noticias. Un saludo”. Me contrataron después de modificar la oferta.

Hoy he hecho algo parecido, me he presentado al proyecto de Malí siendo total y absolutamente consciente de varias cosas:

1.- El trabajo lo sé hacer, del tirón.

2.- No me van a llamar.

3.- No soy un mono, por lo que no como cacahuetes salvo en algunos bares, con mis amigos, acompañando una cerveza y en período de relax.

En la carta introductoria he escrito que no les decía mi sueldo anterior intencionadamente ni el sueldo por el que estaría dispuesto a trabajar porque estaba interesada en trabajar en una empresa que valorase mi experiencia y mis aptitudes de la misma manera que yo valoraba su proyecto, que entendía que no estaban buscando al más barato sino al más eficaz, por lo que les pedía que revisasen mi cv y me pasasen la oferta que ellos considerasen más oportuna basada en todo lo que yo les podía dar.

Lo gracioso del tema es que pedían una persona con unos altos valores éticos y con generosidad y disponibilidad. Soy una persona ética, me consta, y respetuosa con los que trabajan conmigo. Mi CV, como ya he comentado, empieza en mi nombre y mi nombre me lo da mi equipo. No consigo logros sola, igual que la mayoría. Muchas personas no se pueden permitir el lujo de hacer lo que yo he hecho hoy porque tienen una serie de responsabilidades que yo no tengo.  Por eso, en nombre de ellos y en el mío propio hoy escribo esta entrada.

Hay mucha oferta laboral, la disponibilidad geográfica es enorme a diferencia de años anteriores y no solo para solteros, la gente se desplaza con sus familias. A mí me parece lógico, lo propio, es fantástico, consecuencia directa de las becas Erasmus, de la Globalización, las comunicaciones, etc. Si hablas idiomas lo normal es que salgas a practicarlos. Las personas estudian. Mucho. Y desde muy pronto. Yo lo veo en mis contactos de LinkedIn. “Batirse el cobre” es más difícil hoy que cuando mi padre emigró a América hace muchos, muchos años.

Las personas resilientes o adaptativas estamos dispuestas a hacer frente a todo eso: a competir, a aprender, a ser agentes de cambio, siempre lo digo, tú construyes tu entorno, a no dejarnos vencer, a ser positivos, a inventarnos nuestro trabajo y a generar dinero para las compañías en las que trabajamos… Es condición humana el querer mejorar, el querer prosperar, que tus hijos, a ser posible, tengan mejores cosas que las que tú has tenido, aunque el enfoque, en mi opinión, sea incorrecto, no es mejor poseer más, sino aprender a vivir y a respetar más. Pero no me puedes pedir, además, que lo haga casi gratis para que tu cuenta de resultados luzca mejor. No insultes mi inteligencia.

Cuando realizas políticas de contratación solo basadas en el más barato te encuentras que, en muchas ocasiones, no digo siempre, la persona contratada no dejará de mirar los portales de empleo y a la menor de cambio se marchará. Además generalmente el más barato es el menos formado para el puesto y como no sabe pues no sacará adelante su trabajo debidamente. Es probable que sea capaz, pero hay una cosa que se llama tiempo y es necesaria para que alguien adquiera los conocimientos necesarios para desempeñar un trabajo. Además como se siente mal pues no tendrá tanta intención en aprender y en dejarse el resuello cada día. La motivación tiene factores exógenos…, no nos olvidemos. En las pequeñas empresas esto se ve más que en las grandes en las que el que ha realizado el Flattering adecuado recibe la promoción mientras el que sabe se queda en la silla, hasta que se va claro y entonces nadie hace el trabajo o lo hace mal.

Hay una contradicción permanente entre lo que decimos porque es políticamente correcto, es decir, lo que se mueve en LinkedIn, y lo que hacemos. Para tener a la , como llama Sabina a su mujer, has de ser Sabina y eso cuesta mucho esfuerzo y mucho trabajo. En el caso de las empresas es lo mismo. Sabina vende su marca personal y le ha costado ser quien es y por eso tiene a la Bella Peruana. Las empresas tienen que empezar a entender que su marca cuesta y cuesta por el tipo de gente que se contrata. Hay empresas grandes de las que todo mi sector habla mal por cómo tratan a sus trabajadores no solo salarialmente, entre unos y otros nos las desaconsejamos, conozco gente muy válida que ni se presenta a sus ofertas y siguen buscando empleo.

Espero que tengáis la suerte de que vuestra vida no esté llena de contradicciones y de que trabajéis en una empresa en la que no se mire solo el dinero. Yo hoy se lo he dicho a una: no me interesas si solo miras eso. Pero sobre todo espero que si un día tenéis que cambiar o buscar empleo, haya cambiado la situación, que los carteles de LinkedIn empiecen a hacerse realidad y que si no cambia por lo menos podáis decir: no me interesas, no soy un mono…

Buena semana a todos.

María Gil CastañoMaría A. Gil es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.

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