Trabajar en una empresa es algo que requiere mucha estabilidad mental, sobre todo cuando los resultados exigidos superan a los recursos disponibles. Por recursos hago referencia principal al factor humano, pero también incluyo procedimientos y sistemas. ¿Cómo se puede lograr mejorar los resultados año con año cuando los recursos no aumentan con la misma exigencia?
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En mi opinión solo existe una manera en la cual un departamento o equipo de una empresa puede mejorar sus resultados, aún cuando cada año se exija más y todo se tenga que hacer con los mismos recursos del año pasado. Antes de comentar mi idea, quiero explicar un poco más la situación. Si alguna vez has trabajado en una empresa es muy probable que cada año tengas más clientes, proyectos, datos, etc., ¿cierto?
La lógica normal dicta que si cada año la complejidad del negocio va en aumento entonces habría que contratar más personal, o comprar equipos más potentes, o mejorar los procedimientos. Sin embargo, en la realidad ocurre todo lo contrario, y a veces pasan años sin ver una mejora, y quienes sufren para sacar todo el trabajo adelante son los empleados. Ahora bien, esta no es una revelación. Sabemos que es así.
Entonces, si no habrá más empleados para dividir el trabajo, si no se darán a estos mejores equipos, si los procedimientos no se van a agilizar… ¿qué se puede hacer? El gran secreto para sacar todo el trabajo adelante radica en los llamados equipos de alto desempeño. Un equipo de alto desempeño es un conjunto de trabajadores que han descubierto la manera de trabajar de forma inteligente y eficiente.
Los equipos de alto desempeño son algo muy valorado por las empresas, pero son pocas las que pueden conseguirlos. Pero también son muchos los empleados que les gustaría formar parte de un equipo de este tipo, aunque pocos son los que pueden presumir de ello. El concepto en sí es bastante sencillo, pero solo en papel, porque llevar a la práctica el desarrollo de equipos de alto desempeño es un reto inmenso.
Un equipo de alto desempeño está formado en un inicio por empleados que tienen el mismo objetivo. Pero esta base de partida solo es una hoja en blanco, en donde se puede plasmar una obra de arte o la cual puede terminar en la basura. La diferencia entre que suceda una cosa u otra radica en una serie de claves sencillas, que en su conjunto adquirirá gran poder:
- El equipo debe ser liderado por alguien con la capacidad para empatizar con todos los elementos, siendo justo con todos. Debe ser al mismo tiempo la lanza que ataca y el escudo que defiende, lo que supone encontrarse siempre en un delicado equilibrio, y hacerla de malabarista.
- Todos los miembros del equipo deben aportar algunas habilidades que no presenten los otros. Solo en caso de que una actividad requiera mucho trabajo se pueden tener varias personas con el mismo perfil (varios dibujantes, por ejemplo, para un estudio de animación).
- La franqueza debe ser la regla principal del equipo, pues dar vueltas a un asunto solo hace que se pierda tiempo. El equipo debe comprender que los comentarios hechos no son personales, para lo cual todos deben estar comprometidos y buscar el bien común.
- El buen ambiente de trabajo no solo es importante, es fundamental para que un equipo de alto desempeño esté en sintonía. Cualquier miembro que no sintonice con el equipo debe ser analizado, pues en este caso aplica que la cadena se rompe por su eslabón más débil.
- Hay tiempo para todo. Los grandes equipos no se dedican cien por ciento a trabajar, pues terminarían exhaustos y enfrentados. Saben que los momentos de distracción son necesarios para despejar la mente y para unirlos aún más con sus compañeros.
Olmo Axayacatl es ingeniero mecánico agrícola de profesión, con una maestría en ciencias en horticultura, sin planes para el doctorado pero le gustaría irse algunos años a un país de habla inglesa, mientras tanto es profesor y bloguero.