Al principio el hombre producía para el autoconsumo. Posteriormente surgió la división del trabajo de manera que la producción se hizo más eficiente generándose excedentes que se intercambiaban por los de otros iniciándose el comercio basado en el trueque; pero la falta de coincidencia entre las necesidades recíprocas de cada pareja de productores, hacían ineficiente el sistema.

La buena moneda, una introducción al bitcoin

© Scanrail – Fotolia.com

Para subsanar los inconvenientes del trueque y facilitar el intercambio más allá de la propia comunidad hubo que crear una unidad de medida que diera valor a cada producto o servicio y que hiciera de intermediario en las transacciones. A esta unidad de intercambio, llamada moneda, ha estado formada por distintos productos, unos con aceptación mayor que otros, como pieles, cabezas de ganado, té, azúcar, maíz, trigo, almendras, vino, aceite de oliva, telas de algodón, bacalao seco, tejidos, plumas rojas, botellas de aguardiente, huevos, dientes de ballena y elefante, arcilla cocida, escarabajos, tortugas, sal …

Todas estas monedas, aunque subsanaban los inconvenientes del trueque, eran imperfectas ya que podían ser fácilmente destruidas, eran de difícil transporte, muchas no se podía fraccionar y tenían unos valores muy inestables.

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Requisitos de la buena moneda

Los metales preciosos, en particular el oro y la plata, subsanaban muchos de los inconvenientes anteriores lo que hizo que fueran a adoptados como moneda en muchos pueblos de la tierra.

En concreto el oro tiene una serie de características que podemos considerar como requisitos que ha de tener la buena moneda:

  • Durabilidad: sus propiedades físicas y químicas lo hacen prácticamente inalterable
  • Portabilidad: es fácil de transportar ya que puede adoptar distintas formas sin perder sus propiedades
  • Fácil almacenamiento: a diferencia de otros productos, el oro no precisa condiciones especiales de conservación.
  • Difícil falsificación: las propiedades únicas del oro lo hacen fácilmente identificable.
  • Homogeneidad: el oro puro es el mismo producto independientemente de donde haya sido obtenido.
  • Divisibilidad: es posible dividirlo en un cantidades más pequeñas sin que pierda sus propiedades.
  • Fungibilidad: dos piezas de oro puro del mismo peso tienen el mismo valor.
  • Amplia distribución geográfica: se ha encontrado oro en bastantes puntos del planeta
  • Baja proporción entre su producción anual y el stock de existencias: la extracción del oro de las minas no varía de forma significativa la cantidad total mundial.

La buena moneda en el siglo XXI

En el 2008, una persona o grupo de personas bajo el pseudónimo Satoshi Nakamoto, publicó el libro blanco Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System donde describía la buena moneda del siglo XXI, el bitcoin.

En los próximos artículos explicaremos las características del bitcoin que mejoran las del oro como moneda, cómo operar con él y cuestiones de seguridad a tener en cuenta, entre otros temas que iremos desarrollando.

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Referencias

Para la elaboración de este artículo me he basado en los siguientes libros:

 

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