Por mucha experiencia que tengas dando formación, dar una clase práctica te hace enfrentarte a problemas que, si no los has previsto con antelación, puede hacer acabar tu taller como el rosario de la aurora.
Una formación teórica la puedes preparar. Si haces un esquema de los puntos a tratar y les asignas un tiempo determinado a cada uno cuando impartas la clase lo único que tendrás que preocuparte es en ir cumpliendo el programa previsto. En cambio cuando la formación es práctica, el cometer uno solo de estos errores puede llevarla al traste:
- Informática no controlada. Si los alumnos van a traer sus propios dispositivos o si no has podido comprobar los equipos de la sala puede ocurrir que varios de estos no reúnan los requisitos mínimos para la realización del taller. La conexión a Internet tiene que tener suficiente ancho de banda tanto de subida como de bajada para que los participantes puedan trabajar sin retardos.
- Excesivo número de participantes. Una clases práctica implica no sólo la realización de una serie de tareas por parte de los alumnos, sino que el profesor va a tener que ayudar a realizarlas a un porcentaje de los participantes y resolver diversas dudas. Dependiendo del tipo de taller el número máximo recomendable será diferente; pero una vez superado te encontrarás que parte de tus alumnos habrán acabado y están aburridos esperando cuando todavía algunos están comenzando la práctica.
- Hacer solo el taller. Debes contar con ayuda para que en un momento determinado puedas avanzar con el programa aunque haya algún participante que se haya quedado rezagado que será asistido por tu colaborador o colaboradores. El hacerlo entre varios te permite ampliar el número de participantes al mismo.
- Empezar tarde. Has de convocar a los asistentes a tu taller unos minutos antes de que este comience para dar tiempo a tener los equipos informáticos operativos. Aunque falte todavía gente por llegar no debes demorar el comienzo, nadie te lo agradecerá ni te lo tendrá en cuenta cuando llegué el fin de tu clase y no hayas cumplido el programa previsto.
- Alumnos de distintos niveles. El que los alumnos no tengan una formación similar dificulta mucho la formación teórica; pero hace casi imposible el impartir una práctica. Lo único que puedes hacer, si no quieres quedar mal con todos, es apostar por los alumnos que tengan el nivel que requeriste en la convocatoria del curso.
- Mala gestión del tiempo. Has de ser muy estricto en el cumplimiento de los tiempos que deberás haber planificado con minuciosidad y dejando un margen para imprevistos. Puedes preparar un contenido no incluido en el programa para impartirlo si no te surgieran imprevistos. Cualquiera de los errores anteriores te van a impedir cumplir tu horario por muy bien que lo tengas planificado.
- Haber creado expectativas demasiado altas. Si bien de cara a la captación de asistentes hay que ofrecer una buena oferta formativa siempre hay que dar más en el taller que lo que los alumnos esperan recibir.
Si realizas tu taller, sin fallos informáticos, con un numero ajustado de alumnos, contando con ayuda, empezando a tiempo, con alumnos del nivel formativo adecuado y realizas una gestión óptima del tiempo, tendrás la oportunidad de cumplir las expectativas de tus alumnos, y que consideren que la experiencia que han vivido contigo ha merecido la pena.
¿Qué puntos crees que hay que tener en cuenta para que tu taller sea un éxito?, me gustaría que lo compartieras en los comentarios de esta página.
Si te ha gustado este artículo, compártelo en tus redes sociales. Si quieres recibir las próximas entradas suscríbete a este blog.
Foto: Archivo histórico por De todos los Colores
Trackbacks/Pingbacks